«Demócrito
viajó a Atenas para visitar a Sócrates y descubrió entonces que era demasiado
tímido para presentarse. Fue amigo íntimo de Hipócrates. La belleza y elegancia del mundo físico le inspiraban
reverencia. Creía que la pobreza en una democracia era preferible a la riqueza
en una tiranía. Creía que las religiones dominantes en su época eran malas y
que no existían ni almas ni dioses inmortales. Nada existe –decía Demócrito–
salvo los átomos y el vacío.»
Carl Sagan, Cosmos